“Dejarse llevar en la ‘casa’
de la trufa”
Lillas Pastia ha traducido en sus más de 25 años de historia el ejercicio de comer o cenar en una fuente inagotable de placer y sensaciones. Este camino se ha trazado de la mano del chef Carmelo Bosque, que desde las más hondas raíces de la cocina aragonesa, ha actualizado el recetario sin perder su carácter ni su esencia.
Si hay un producto que distingue y define la cocina de Lillas Pastia, ese es la trufa. Se recoge en los montes vecinos del Somontano y La Ribagorza, y se plasma a la mesa en delicias como el cuajo de queso Meleses, trufa y gamba roja. El menú degustación con la mejor selección de platos de Lillas Pastia es el que permite tener una visión más amplia de este restaurante. Además, se ofrece el menú Carmen, inspirado en la famosa ópera, ya que uno de sus personajes da nombre al establecimiento. Y, por supuesto, también está la carta, así que hay mucho donde elegir en un entorno que invita a dejarse llevar para disfrutar de una visita que difícilmente se olvida.
“Dejarse llevar en la ‘casa’ de la trufa”
Lillas Pastia ha traducido en sus más de 25 años de historia el ejercicio de comer o cenar en una fuente inagotable de placer y sensaciones. Este camino se ha trazado de la mano del chef Carmelo Bosque, que desde las más hondas raíces de la cocina aragonesa, ha actualizado el recetario sin perder su carácter ni su esencia.
Si hay un producto que distingue y define la cocina de Lillas Pastia, ese es la trufa. Se recoge en los montes vecinos del Somontano y La Ribagorza, y se plasma a la mesa en delicias como el cuajo de queso Meleses, trufa y gamba roja. El menú degustación con la mejor selección de platos de Lillas Pastia es el que permite tener una visión más amplia de este restaurante. Además, se ofrece el menú Carmen, inspirado en la famosa ópera, ya que uno de sus personajes da nombre al establecimiento. Y, por supuesto, también está la carta, así que hay mucho donde elegir en un entorno que invita a dejarse llevar para disfrutar de una visita que difícilmente se olvida.