“Reinvención y sorpresa

en un espacio singular”

 

Una propuesta vanguardista ubicada en el interior de un restaurante muy tradicional como es La Venta del Sotón. En este entorno se ubica Espacio N, en la zona más alta del edificio, en un comedor moderno y minimalista, en el que el blanco nuclear de la decoración invita a que las sensaciones de los clientes se conviertan en experiencia colorista a medida que salen los platos.

El chef Eduardo Salanova es el encargado de plasmar su cocina creativa en este singular Espacio N. A partir de las sólidas raíces de productos de temporada y del entorno, realiza un trabajo de reinvención en el que no deja de buscar la sorpresa. Es el espíritu de sus menús degustación, cuyo contenido no se conoce, transformando la visita en un ejercicio de descubrimiento permanente.

Sin duda, el ternasco de Aragón es una de las materias primas a la que más partido saca Eduardo Salanova; utilizando, en muchos casos, las partes menos nobles como el cuello o las lechecillas, lo que todavía concede mayor mérito al trabajo de cocina.

ROYAL DE TERNASCO DE ARAGÓN Y SU CIVET

 

 

 

“Reinvención y sorpresa
en un espacio singular”

 

Una propuesta vanguardista ubicada en el interior de un restaurante muy tradicional como es La Venta del Sotón. En este entorno se ubica Espacio N, en la zona más alta del edificio, en un comedor moderno y minimalista, en el que el blanco nuclear de la decoración invita a que las sensaciones de los clientes se conviertan en experiencia colorista a medida que salen los platos.

El chef Eduardo Salanova es el encargado de plasmar su cocina creativa en este singular Espacio N. A partir de las sólidas raíces de productos de temporada y del entorno, realiza un trabajo de reinvención en el que no deja de buscar la sorpresa. Es el espíritu de sus menús degustación, cuyo contenido no se conoce, transformando la visita en un ejercicio de descubrimiento permanente.

Sin duda, el ternasco de Aragón es una de las materias primas a la que más partido saca Eduardo Salanova; utilizando, en muchos casos, las partes menos nobles como el cuello o las lechecillas, lo que todavía concede mayor mérito al trabajo de cocina.

ROYAL DE TERNASCO DE ARAGÓN Y SU CIVET