“Casa Pedro, espíritu viajero y búsqueda constante ”
Sin perder la esencia de la tradición de un restaurante que abrió sus puertas en 1950, Casa Pedro ha evolucionado hacia una cocina atrevida y vanguardista. Los hermanos Luis Antonio y Javier Carcas son los responsables de ese crecimiento. Mano a mano han incorporado técnicas y productos nuevos, pero teniendo claro su pasado y no renunciando a él. Por ejemplo, a la hora de degustar sus afamados jarretes de ternasco en guiso de perdiz escabechada, la textura y el sabor han cambiado/mejorado trabajados a baja temperatura. Y esa reinvención, donde mejor se percibe es en el menú degustación. En formato de pequeños bocados, sin estridencias ni grandes contrastes, la cocina de los hermanos Carcas también destaca por el detalle de ser muy viajera y de avanzar con un espíritu de búsqueda constante. Así es como nacieron dos de sus recetas más afamadas: el tataki de atún, ajoblanco y salsa sambaizu, y el canelón de pintada, trompeta negra y salsa de hongos.
“Casa Pedro, espíritu viajero y búsqueda constante ”
Sin perder la esencia de la tradición de un restaurante que abrió sus puertas en 1950, Casa Pedro ha evolucionado hacia una cocina atrevida y vanguardista. Los hermanos Luis Antonio y Javier Carcas son los responsables de ese crecimiento.
Mano a mano han incorporado técnicas y productos nuevos, pero teniendo claro su pasado y no renunciando a él. Por ejemplo, a la hora de degustar sus afamados jarretes de ternasco en guiso de perdiz escabechada, la textura y el sabor han cambiado/mejorado trabajados a baja temperatura. Y esa reinvención, donde mejor se percibe es en el menú degustación.
En formato de pequeños bocados, sin estridencias ni grandes contrastes, la cocina de los hermanos Carcas también destaca por el detalle de ser muy viajera y de avanzar con un espíritu de búsqueda constante. Así es como nacieron dos de sus recetas más afamadas: el tataki de atún, ajoblanco y salsa sambaizu, y el canelón de pintada, trompeta negra y salsa de hongos.