“Un chalet con vistas y la terraza más acogedora”

 

La imagen del restaurante El Chalet es atractiva y muy sugerente: una elegante casona al lado de la plaza San Francisco con una terraza que en muchas épocas del año se asemeja a un patio cordobés por lo floreada que está. Pero eso no es todo: mesas muy bien vestidas, decoración sobria y elegante, y una cuidada combinación de luces indirectas que crea un ambiente muy agradable.

Este es el reino del chef Ángel Conde, donde ofrece a sus clientes la cocina creativa de mercado que le caracteriza. No defraudan ni sus atractiva carta de temporada, ni sus ajustados menús gastronómico, degustación y del día.

Hay mucho donde elegir, pero una experiencia obligada pasa por disfrutar de la preparación en sala del steak tartar que tanta fama le ha dado a este cocinero. Y puestos a aconsejar dos recetas emblemáticas más, a esta categoría han llegado el ravioli de centollo y marisco, pasta fresca y crema cigalas, y el lingote ternasco asado sin hueso, patata rota, olivas y chilindrón.

ABANICO IBÉRICO CON CEREZAS Y VINO DE LAS PIEDRAS

“Un chalet con vistas y la terraza más acogedora”

 

La imagen del restaurante El Chalet es atractiva y muy sugerente: una elegante casona al lado de la plaza San Francisco con una terraza que en muchas épocas del año se asemeja a un patio cordobés por lo floreada que está. Pero eso no es todo: mesas muy bien vestidas, decoración sobria y elegante, y una cuidada combinación de luces indirectas que crea un ambiente muy agradable.

Este es el reino del chef Ángel Conde, donde ofrece a sus clientes la cocina creativa de mercado que le caracteriza. No defraudan ni sus atractiva carta de temporada, ni sus ajustados menús gastronómico, degustación y del día.

Hay mucho donde elegir, pero una experiencia obligada pasa por disfrutar de la preparación en sala del steak tartar que tanta fama le ha dado a este cocinero. Y puestos a aconsejar dos recetas emblemáticas más, a esta categoría han llegado el ravioli de centollo y marisco, pasta fresca y crema cigalas, y el lingote ternasco asado sin hueso, patata rota, olivas y chilindrón.

ABANICO IBÉRICO CON CEREZAS Y VINO DE LAS PIEDRAS